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EL LIBRO

 

Aquí podrás leer cuatro cuentos que integran Los Otros, el libro está a la venta en Homosapiens, Sarmiento 829. Rosario  -  su valor promocional es de $ 100.'

A contrario sensu

ISBN-13-9880770074082

En un momento todo se transformó en un pandemónium, con la
gente corriendo para uno y otro lado maquinalmente y el ruido ensordecedor de las bombas cayendo y nosotros corriendo también, si ¿qué otra cosa quedaba por hacer? Nos tirábamos mutuamente de la mano, un rato ella, otro yo, por aquellas calles del barrio que resultaban bajo el influjo del momento extrañas, como de algunas de esas historias fantásticas que leía cada semana, como en una especie de espejismo en el que todo era polvo y escombros o quizás el polvo y el escombro estaban en algún lugar no muy lejos que íbamos tratando de eludir pero para nosotros que suponíamos el innato refugio de la casa todo ocurría allí, mientras ella corría llevándome de la mano y yo a la par mirando menos los destrozos y los cuerpos tirados, en esa soledad que implica el miedo, que su vestido tumultuoso de arrebatadas flores rojas y amarillas abrumado por la carrera y por esa voluptuosidad milagrosa que redoblaba debajo y que entraña cuando se es niño –y para siempre– el divino encanto de lo imaginado.

Hermes mundanos

ISBN-56-6784659396375

Aunque no pueda recordar las circunstancias, alguna vez, llegué a oir que hay una legión conformada por quienes vuelven de madrugada luego de farras opíparas, de fatigar sábanas neutrales o de añoranzas imposibles, y aunque no suman gran número, andan desparramados con cándida simpleza en el casi amanecer. Suele cruzárselos comunmente cuando vamos al trabajo, y en esa hora confusa, cuando suponen fantasiosos que aún conservan cierta algarabía, son quienes asumen la tarea de comunicar las muertes de la jornada.

Es una especie de traición mutua en la que ambas partes se asisten, unos ignorando su ocasional encargo de mensajeros eventuales, y otros, descifrando apenas son sorprendidos por un gesto, una broma grosera, o un eructo de borracho, la encomienda fatal. Incluso a veces, con cierta pereza, algún condenado olvida su propia y necesaria participación en el drama y se distrae

Sublimaciones

ISBN-68-3459876038524

Brotamos bruscamente al feroz cimbronazo, librados a los campos donde quebraba el día, entre abril y septiembre. Torvos semblantes mimbres de salobre temblor sembrados en volea por un brío blasfemo,
encabritados broncos, fieros lebreles.
Un embrujo de cumbres cerquita del Brasil, al abrazo del río; lúgubre hebra de bruma lubricado y membrillo en el aire de cobre. Ebrios destellos breves de los sables hambrientos.
Un establo plebeyo de ablaciones comunes, brevas de obreros nombres, miserables, volubles, abrigando su causa y su herrumbre palabra de brisa inasible, invisible o esquiva a nuestra humanidad de blues oblongo, de retablo borrego sin embrague ni ambages, crepitando en su lumbre, embretados en bloque tras su bruna ambrosía, su febril certidumbre.

Ese bramar confuso de imbricados blasones y emblemas abreviados y heridas suficientes desdoblando el ombligo, enjambre tenebroso enhebrando la niebla en desabridos miembros cual lombrices, escabrosos,

Laberintos

ISBN-58-2459886032524

La noche en que se desató la tormenta resultó la culminación de una semana agobiante. Entre los blandos relieves de la intimidad percibí el preámbulo del temporal a la distancia y al rato, el primer atisbo de viento fresco entrando como una lanza en la oscuridad. Un zumbido de hojas en los árboles de la calle y las plantas del patio antecedió a la lluvia. Demoró un tiempo suficiente como para que estuviera despierto y se largó sin mezquindades, filtrando su expresión imponente por las oblicuas celosías para hacer más acogedor nuestro refugio.
Me levanté a curiosear esa caverna negra que era la noche paredes afuera bajo el redoble continuo del diluvio abrumador. Así, en la natural intermitencia de los relámpagos, tuve la primera noción de inquietud.

Fue ese temor repentino que me hizo dudar, buscando inconscientemente en derredor, volviéndome incluso hacia donde todo continuaba impasible.

 

Objetos

ISBN-58-2459886032524

Me miró, así ebrio como estaba, y me dijo casi sin expresión alguna: “no me acuerdo de nada”. Llamé un taxi pero no se detuvo, ni ese, ni los siguientes. Nuestra apariencia en el lluvioso amanecer distaba de
inspirar confianza, o piedad. Nos quedamos echados en los escalones un buen rato, hasta que empezó a respirar con mayor dificultad a medida que el día se le iba trepando por el pecho. En esos instantes que definían la agonía tuvo una visión, una especie de raro encantamiento porque con un atisbo de curiosa inquisición miró, como si fuese la primera vez, hacia las gruesas nubes sobre el gris mañanero, las hojas brillantes en su leve cabildeo a la luz nebulosa de la calle. Ya en el hospital al que llegó apenas consciente balbuceó casi ininteligible desde la camilla de urgencias sobre la que nos inclinamos: “no me acuerdo de nada”.
Eran las nueve de la mañana, casi en punto, dos días después, cuando entró en coma. En ese tiempo que pasé pendiente nunca terminó de recobrar el conocimiento, sólo abría, no diría con dificultad (porque

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